lunes, 29 de marzo de 2010

Los Miserables

No os hablaré de ninguna novela, ni tampoco de ningún grupo musical.

Me he tomado la libertad de titular así mi entrada, a raíz de una charla de formación que tuvo lugar el sabado en mi comunidad.

En realidad la charla se titulaba:
¿A qué se dedican los curas?

Tres visiones:
1ª) Se centra en la dimensión cristólogica.
2ª) Dimensión eclesíológica.
3ª) Visión Sintética.

En el extremo del primer modelo, el sacerdote queda casi fuera de la Iglesia: Ha sido consagrado para renovar el sacerdocio de Cristo para la Iglesia, especialmente para realizar el sacrificio eucarístico y el perdón de los pecados. Se da una presencia mayor en el sacerdote, de quien la "reciben" los fieles.
En el extremo del segund modelo, la misión ha sido dada a toda la Iglesia, Pueblo de Dios, que la realiza por la proclamación del Evangelio, la celebración de los sacramentos y la caridad.

No podemos entender a la Iglesia sin Cristo, ni a Cristo fuera de la Iglesia. No podemos oponer como elementos contrarios consagración y misión o ministerio eclesial.
El sacerdocio ministerial encuentra su origen en la participación en el sacerdocio de Cristo, y no en la elección de la Iglesia. El elegido es miembro de la Iglesia y esta ordenado a la relación de Cristo con ella, su Esposa.

Función eclesial al servicio de la comunión eclesial.
Dirigidos a la patria eterna.
1)Predicar
2) Santificar
3) Gobernar.
Se ejerce de acuerdo a la autoridad del mismo Cristo que reciben por la consagración. Autoridad de servicio para realizar su misión.

Ministerio de la Palabra.
El sacerdote es el instrumento del que se sirve Dios, para difundir La Palabra.
Ministerio de santificación.
Ved que poder del sacerdote. De un trozo de pan ¡hace un Dios!.
Ministerio pastoral.
"El sacerdocio es una carga, un peso gravoso que si el sacerdote no tuviera el consuelo y la felicidad de celebrar la Santa Misa, no podría soportar".

"¡Oh! Cuando pensamos que el gran Dios se ha dignado confiar esto a unos miserables como nosotros!"


En lo de miserables, por supuesto, me incluyo yo, aunque no soy sacerdote.
Recemos por los sacerdotes que ven su ministerio, como algo rutinario y aburrido, recemos por los que celebran la misa sin el fervor de Cristo.

¿Que hariamos sin su consuelo?

3 comentarios:

Hilda dijo...

A veces se nos olvida para que están ellos en este mundo, gracias por recordárnoslo, hace falta y ellos hacen mucha falta.
Saludos. Hilda

Fernando dijo...

Hola, Sonsoles, está muy bien sintetizado, antes del Concilio parecía que la Iglesia eran sobre todo el Papa, los Obispos y los sacerdotes, con los fieles como público, y ahora parece que los sacerdotes son como cualquier otro fiel: si se relativiza la importancia de la Eucaristía y de la predicación (y no digamos de la confesión) pues su papel queda relativizado, ¿verdad?

Muy bueno el párrafo final: que Dios nos libre de los sacerdotes-funcionarios, que tanto daño hacen a tanta gente.

Angelo dijo...

Salgamos corriendo como Pedro y Juan, con el corazón palpitando, y descubrir que sus palabras fueron verdad, que no nos engañó. Recobremos las fuerzas que hayamos perdido por el camino y comuniquemos la luz que hemos recibido. Te tuve presente en la Vigilia Pascual concretamente en el canto del Pregón. Un abrazo
Feliz y Santa Pascua