sábado, 4 de julio de 2009

¿Cómo son tus heridas?

No hay mayor amor que el que nos dió Cristo en la Cruz.

Ayer mismo en la homilia de la misa de diario, el sacerdote nos distinguió, las heridas fortuitas hechas por algun que otro contratiempo, y las heridas hechas por amor.

¿Alguna vez nos hemos arriesgado por amor a Cristo?

¿Hemos curado nuestras heridas, externas a Su amor?

Nos habló de la historia de un niño que iba a ser devorado por un tiburón, su madre, sin pensarselo dos veces se lanzó a por el niño para rescatarlo, el niño se dió mas cuenta de los arañazaos de su madre, al intentar agarrarle, que las heridas producidas por el tiburón.

Las heridas por amor son las que deben perdurar, las heridas externas al amor verdadero son las que deben de sanarse con medios que Dios pone a nuestra disposicion, a través de médicos, terapeutas y psicologos.

El dolor no es malo, y esta concebido por el amor a Cristo.

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